¿Cómo facilitar el regreso a la escuela después del confinamiento inicial y el cierre de las aulas por un largo periodo?

La pandemia ha generado un gran impacto en la vida de todos y, de manera especial, en los niños. Una de las consecuencias del cierre de los colegios, la virtualidad y las diferentes restricciones que hasta hoy se mantienen, es, entre otras, haber perdido oportunidades de aprendizaje social, y haber vivido interrupciones significativas en su vida cotidiana y en su desarrollo.

¿Cómo facilitar el regreso a la escuela después del confinamiento inicial y el cierre de las aulas por un largo periodo?


La pandemia ha generado un gran impacto en la vida de todos y, de manera especial, en los niños. Una de las consecuencias del cierre de los colegios, la virtualidad y las diferentes restricciones que hasta hoy se mantienen, es, entre otras, haber perdido oportunidades de aprendizaje social, y haber vivido interrupciones significativas en su vida cotidiana y en su desarrollo.

Escrito por: Lic. Elaine Wolfenzon (Psicóloga Educacional) | 22-02-2022

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La pandemia ha generado un gran impacto en la vida de todos y, de manera especial, en los niños. Una de las consecuencias del cierre de los colegios, la virtualidad y las diferentes restricciones que hasta hoy se mantienen, es, entre otras, haber perdido oportunidades de aprendizaje social, y haber vivido interrupciones significativas en su vida cotidiana y en su desarrollo.

Lamentablemente, durante la pandemia, los pocos espacios de socialización han tenido que darse de manera distinta a la que estábamos acostumbrados. Por ello, la COVID ha traído efectos tales como la disminución del contacto con otros. Esta situación afecta significativamente, las interacciones sociales en todos los ámbitos, principalmente para los niños.

Si para los pequeños podría haber sido difícil el retorno al colegio después de las vacaciones, esta vez las emociones que traerá el volver a la escuela serán diferentes, tanto para los niños como para los más grandes, e incluso para las familias y los profesores. Todos tendrán que adaptarse al nuevo contexto y mostrarse flexibles para ir descubriendo juntos las metodologías y actividades que funcionan con cada grupo y aquellas que no. Además, el reencuentro tendrá una dimensión distinta, en tanto los chicos han crecido, han cambiado su fisonomía, su forma de relacionarse y, muchos incluso, están pasando de una etapa del desarrollo a otra. Así, el retorno a las aulas implicará un proceso de adaptación mayor para todos y será momento de “reconocer” a los chicos y ser empáticos para que cada uno, a su propio ritmo, pueda recuperar las interacciones suspendidas por tanto tiempo.

En este contexto, es necesario que padres, profesores y autoridades escolares preparen un regreso seguro y acogedor para todos, pues niños y padres se sentirán entusiasmados, pero a la vez nerviosos y con algún temor hacia el retorno.  

En este periodo, dado que las actividades y la dinámica escolar habían cambiado, habrá que reaprender a socializar cara a cara. Por ello, para que esta transición no sea tan compleja, presentamos algunos consejos que podrían resultar útiles:

Mantener una conversación abierta con sus hijos. Promover que los niños puedan manifestar sus emociones y expliquen aquello que les preocupa sobre el retorno. Es importante ser empáticos con sus preocupaciones, contestar sus preguntas y hacerles saber que es normal estar nerviosos y que, por lo general, las situaciones nuevas producen expectativas, temores y, posiblemente, ansiedad. Asimismo, es necesario transmitir la seguridad de que en el colegio estarán seguros.

Explicar los cambios de manera sencilla y anticipada. Es primordial que los niños conozcan la nueva rutina que encontrarán al regresar al colegio. Por ejemplo, la necesidad de usar mascarillas o de mantener la distancia física requerida en todo momento, incluso al vincularse con sus amigos o profesores. También, es necesario que se familiaricen con el horario y la forma en la que trabajarán, la división en grupos cuando los hubiera, la rotación de profesores y los lugares hábiles para desenvolverse dentro del colegio.   

Promover los hábitos de higiene y cuidado en casa y en la escuela. Es fundamental que los padres den un buen ejemplo de cuidado en casa y en las actividades que realicen como familia. Solo así los niños asumirán una actitud responsable con los protocolos que deben seguir en la escuela. Por ejemplo: no quitarse las mascarillas al estar en reuniones, lavarse las manos con frecuencia, etc. Cuando los niños entienden el porqué de estas medidas y ven que sus padres y familiares las siguen, es más probable que las repliquen.

Dar seguridad y calma hablando de los protocolos. Contarles sobre los cambios que están implementándose en la escuela para ayudar a cuidarlos y a velar por la salud de todos. En esta línea, es necesario hacer hincapié en que también ellos son parte importante de estos cuidados y que, así como deben cuidar de sí para no verse afectados, deben ser cuidadosos con los demás.

Animar a los niños a buscar nuevas formas de vincularse.  Ya sea en la escuela o en casa, los padres y profesores deben animar a los chicos a buscar diferentes formas de relacionarse y de abrirse para conocer nuevas personas y hacer nuevos amigos. Por ejemplo, promover actividades o juegos con los niños del salón fuera del ámbito escolar, en parejas o tríos y en lugares abiertos, siempre con respeto a las medidas de seguridad y a los grupos con los que les ha tocado frecuentar en el colegio. También, procurar darles ideas creativas para jugar con sus pares, a través de distintos medios. En esta línea, es importante recordar a los padres que el juego es necesario para el desarrollo de los niños y, que, en este contexto, adquiere un rol protagónico.

Compartir con los niños lo positivo que tendrá el regresar al colegio. Explicarles que podrán estar con sus amigos y sus profesores, así como trabajar en conjunto para seguir aprendiendo diferentes habilidades, aunque aún no sea posible asistir todos los días al colegio. Además, es necesario que, como padres, enfaticemos el gran cambio que estamos viviendo y que nos relacionemos con los chicos con calidez y empatía. Así, podrán valorar las diferentes oportunidades que van apareciendo y mostrar buena disposición hacia la nueva convivencia. También, es positivo enfatizar sobre el valor de la amistad y la familia, así como sobre la importancia de mostrar sensibilidad hacia los demás y preocuparse por el otro.

Enseñar a expresar verbalmente si se sienten mal. Es bueno que los niños sepan identificar y expresar sus emociones a los adultos que están a cargo de ellos, al igual que si tienen algún malestar físico. Conviene enseñarles y conversar con ellos acerca de los síntomas de salud que deben reportar: dolor de cabeza o de garganta, tos, dolor corporal, cansancio, dificultad para respirar, entre otros. También, mencionarles que podrían sentirse nerviosos o agobiados al regresar a la escuela y que esto puede tomar un tiempo hasta que logren adaptarse a las nuevas rutinas y horarios. Por ello, es necesario que se sientan cómodos para expresarse.   

Establecer contacto visual. El contacto visual, cada cierto lapso, es una herramienta muy importante al momento de comunicarse, ya que permite conectar con tu interlocutor. Además, también es esencial para que la persona se sienta escuchada durante una conversación. Lamentablemente, después de dos años detrás de las pantallas puede que el contacto visual resulte un tanto incómodo o poco familiar. Sin embargo, hay que darle la importancia necesaria y fomentarlo en la medida adecuada en los pequeños de tal manera que sus interlocutores sientan que les están prestando la atención necesaria. Esto también, porque con el uso de las mascarillas la comunicación se hace más difícil.

Escuchar con atención. Volver a socializar va a tomar a todos algo de esfuerzo, lo mismo que focalizar la atención para escuchar en el aula. Hay que reconocer que en casa y tras la pantalla todos tenían muchos distractores que, ahora en la presencialidad, estarán más controlados. Otros ejemplos vinculados a la atención y a la socialización pueden ser que, en un inicio, los chicos presenten dificultades para acostumbrarse al ruido, o a estar con mucha gente en el mismo lugar. Por ello, el proceso de adaptación debe ser paulatino. Al inicio, es recomendable que los niños establezcan gradualmente contacto con sus pares y profesores, de modo que inicien juegos con grupos pequeños que les permitan prestarse atención y retomar vínculos.

Procurar manejar las propias emociones. Dado que los niños absorben lo que ven en casa, es importante que los adultos cercanos (como sus padres y profesores), busquen desarrollar diferentes estrategias para controlar sus emociones e intenten mantenerse tranquilos en las diferentes situaciones nuevas que se pudieran presentar. Esto, para no transmitir miedo, ansiedad o inseguridad a los chicos.    

El regreso a la escuela, tan esperado, puede demandar un esfuerzo emocional de todos, de unos más que de otros. Por ello, es importante ser flexibles para brindar a cada uno el tiempo y el soporte que requiera. Asimismo, los padres debemos ayudar a los niños a prepararse y a construir perspectivas positivas hacia el retorno y, los maestros, estar atentos a que la escuela sea ese espacio seguro de socialización que los chicos tanto necesitan.

Referencias:

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