Conocer el cerebro del niño lleva a una crianza más efectiva

El cerebro representa uno de los órganos principales del organismo humano. En él se originan todos los procesos de crecimiento, cognitivos y emocionales, y múltiples factores participan en su desarrollo. Como padres, deseamos que nuestros hijos sean capaces de lograr sus objetivos. Sin embargo, en ocasiones, nos encontramos desorientados porque no sabemos cómo contribuir a su éxito. La comprensión de la neurociencia y el conocimiento del cerebro pueden brindarnos pautas sobre cómo promover su autonomía y óptimo desarrollo.

Conocer el cerebro del niño lleva a una crianza más efectiva


El cerebro representa uno de los órganos principales del organismo humano. En él se originan todos los procesos de crecimiento, cognitivos y emocionales, y múltiples factores participan en su desarrollo. Como padres, deseamos que nuestros hijos sean capaces de lograr sus objetivos. Sin embargo, en ocasiones, nos encontramos desorientados porque no sabemos cómo contribuir a su éxito. La comprensión de la neurociencia y el conocimiento del cerebro pueden brindarnos pautas sobre cómo promover su autonomía y óptimo desarrollo.

Escrito por: Lic. Elaine Wolfenzon (Psicóloga Educacional) | 24-11-2023

Tiempo de lectura: 6 mins, 52 segs

Las experiencias a temprana edad tienen una influencia enorme en los cerebros (…) de los niños, y también impactan (…) la forma en que se desarrollan. Al proporcionar actividades que despierten la curiosidad de tu hijo, estás ayudando a crear vías neuronales que aumentarán su (…) capacidad de aprendizaje.[1].

El cerebro representa uno de los órganos principales del organismo humano. En él se originan todos los procesos de crecimiento, cognitivos y emocionales, y múltiples factores participan en su desarrollo. Como padres, deseamos que nuestros hijos sean capaces de lograr sus objetivos. Sin embargo, en ocasiones, nos encontramos desorientados porque no sabemos cómo contribuir a su éxito. La comprensión de la neurociencia y el conocimiento del cerebro pueden brindarnos pautas sobre cómo promover su autonomía y óptimo desarrollo.

Tenemos conocimiento de la existencia de dos aspectos del cerebro: el racional y el emocional. Por ende, si nos concentramos únicamente en el aprendizaje de tipo racional estaremos pasando por alto una parte significativa del potencial de los niños. Nuestra preocupación debe centrarse en que los niños puedan desarrollar la capacidad de aprender y disfrutar de adquirir nuevas competencias.

Los niños aprenden a través del ejemplo; por lo tanto, si cuentan con modelos adecuados y observan que sus padres disfrutan del proceso de aprendizaje, también adoptarán ese comportamiento. En esa línea, es esencial que estos modelos reflejen la capacidad de enfrentar situaciones difíciles y gestionar el estrés, ya que esto les permitirá aprender a resolver conflictos y tomar decisiones. Esto es posible gracias al sistema de neuronas espejo[2] del cerebro, que lleva a los niños a tomar decisiones basadas en lo que han observado en sus padres.

Al tener en cuenta lo anterior, es importante comprender las necesidades de nuestros niños, que incluyen la necesidad de afecto y de establecer límites para que puedan aprender a comportarse adecuadamente. Al satisfacer estas necesidades, les proporcionamos una base sólida que les permite saber cómo enfrentar desafíos y tomar decisiones que los hagan sentirse satisfechos.

La neurociencia proporciona un conjunto de conocimientos que pueden ayudar a los padres a estimular el potencial cerebral de sus hijos. Es ampliamente conocido que el cerebro responde positivamente a la estimulación, y la investigación en este ámbito ha revelado que un entorno enriquecido favorece un desarrollo cerebral óptimo. Además, un cerebro saludable contribuye a mejorar la concentración y memoria. De este modo, comprender el funcionamiento del cerebro de nuestros hijos nos ayuda a entender sus comportamientos y nos brinda algunas claves importantes para una crianza más efectiva.

¿Cuáles son los tres aspectos que todo padre debería conocer acerca del cerebro de sus hijos?

1. El cerebro está sustentado en conexiones: Un bebé cuando nace cuenta con casi todas las neuronas que tendrá cuando crezca. La diferencia principal entre el cerebro de un niño y el de un adulto está vinculada a las conexiones que se desarrollan entre las neuronas. Estas conexiones se llaman sinapsis y cada una de ellas representa un aprendizaje. Cuando compartes momentos con tu pequeño, le hablas, lo acaricias o lo abrazas, en su cerebro se van realizando muchas conexiones que lo ayudarán a enfrentar la vida con mayores recursos.

2. El cerebro es razón e intuición: Es fundamental saber que la parte más externa del cerebro se llama corteza cerebral y está dividida en dos hemisferios, el izquierdo y el derecho. El hemisferio izquierdo tiene como funciones asociadas “la capacidad de hablar, leer o escribir, de recordar los nombres de las personas, de ejercer el autocontrol, o de mostrarnos proactivos y optimistas ante la vida. Podríamos decir que este hemisferio tiene un carácter racional, lógico, positivo y controlador”. [3] Por otro lado, el hemisferio derecho desempeña el papel de interpretar el lenguaje no verbal y es el encargado de formar impresiones rápidas, así como de establecer una comprensión global de la percepción. A través de este hemisferio, somos capaces de identificar pequeños errores y corregirlos durante el proceso. El hemisferio derecho se caracteriza por su enfoque más artístico, intuitivo y emocional. En resumen, un funcionamiento equilibrado de ambos hemisferios es esencial para lograr un desenvolvimiento adecuado y un desarrollo cerebral completo en todas las personas.

3. El cerebro está conformado “por tres cerebros en uno”: A lo largo de muchos años de evolución, el cerebro humano ha experimentado una transformación gradual desde sus componentes más rudimentarios hasta los más sofisticados. A medida que evolucionaba, el cerebro desarrolló diversas estructuras para satisfacer las necesidades humanas, como el miedo, la búsqueda de alimentos, la búsqueda de refugio, la comunicación y la resolución de problemas. En lugar de transformarse, el cerebro se ha actualizado en el tiempo, incorporando nuevas habilidades y herramientas. Este proceso evolutivo se refleja en su configuración actual e incluye estructuras primitivas, especializadas en el procesamiento de emociones, y otras más avanzadas, responsables de tareas complejas e intelectuales. Así, resulta fundamental en la formación de los niños considerar los tres componentes que integran el cerebro.

El estrato más básico del cerebro, ubicado en la parte inferior, se encarga de asegurar nuestra supervivencia, al controlar funciones esenciales como la respiración, el miedo, el ritmo cardíaco y la regulación del estado de alerta, la temperatura corporal, el sueño, entre otros. El segundo nivel comprende una serie de estructuras vinculadas con el cerebro emocional, que tiene la capacidad de discernir entre emociones placenteras y desagradables. Por último, el nivel superior, es el que nos distingue de otras especies al permitirnos desarrollar la autoconciencia, utilizar el lenguaje, razonar, mostrar empatía hacia otros y tomar decisiones.

 

Al conocer y comprender esta información, podemos apreciar que el cerebro es un órgano que alberga las necesidades, las emociones y la razón. No obstante, hasta que un niño llega al año de vida, los padres deben interactuar principalmente con el aspecto más básico de su cerebro. Por eso, intentar razonar con un bebé que se siente hambriento o incómodo no resulta efectivo, ya que en ese momento no está activa la parte racional de su cerebro. En esta etapa, la única solución es atender sus necesidades y reconfortarlo cuando tenga hambre, frío o sueño.

A partir del primer año de vida, la parte emocional del cerebro se desarrolla junto con la primitiva, lo que requiere que los padres empleen distintas estrategias para comunicarse, tanto con los instintos más básicos como con las necesidades emocionales de amor y seguridad de su pequeño. En este contexto, establecer límites, mostrar empatía y, sobre todo, brindar afecto se convierten en las estrategias más efectivas. Un poco más adelante, alrededor del tercer año de vida, el cerebro racional comienza a tener protagonismo, lo que permite al niño controlar sus instintos básicos y tomar decisiones basadas en la razón, la intuición y la voluntad. A pesar de ello, el pequeño aún necesita una gran dosis de afecto y comprensión para aprender a dominar su cerebro emocional. Recordemos que el cerebro es maleable y cambiante por lo que está en constante desarrollo. En este contexto, los padres tienen un rol esencial en el proceso de desarrollo. Por ejemplo, en momentos en que esté cansado o hambriento, su cerebro primitivo puede tomar el control de su comportamiento y, en tales casos, el llanto difícilmente encontrará consuelo en las palabras de un adulto.

 

De esta forma, al conocer las distintas áreas del cerebro y sus peculiaridades, los padres pueden entablar una comunicación adaptada a las necesidades del niño. Familiarizarse con estos tres niveles de funcionamiento cerebral resulta altamente beneficioso para asistir al niño en la autorregulación y en la comprensión de diversas situaciones cotidianas.

 

Referencias:

  • BILBAO, Álvaro (2018). El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Editorial, España.
  • BILBAO Álvaro El cerebro del niño explicado a los padres, (2020). Conferencia Completa En: https://www.youtube.com/watch?v=EW9ryb2FAQM
  • SIEGEL, Daniel & PAYNE, Tina (2020). El cerebro del niño Ed. Alba. En: https://indianlioneducation.com/cerebro-nino-estrategias/
  • MONTESSORI (2021), España. ¿Cómo aprende el cerebro del niño?  Introducción a la Neurociencia y el funcionamiento del cerebro. En: https://www.youtube.com/watch?v=rn09KaBy5Q0
  • PELISSIER, Hank (2022). ¿Qué les dice la neurociencia a los padres sobre la mente de un estudiante del preescolar? En: https://www.greatschools.org/gk/articles/conociendo-el-cerebro-de-un-estudiante-de-preescolar/?lang=es
 

[1] PELISSIER, Hank (2022). ¿Qué les dice la neurociencia a los padres sobre la mente de un estudiante del preescolar? En: https://www.greatschools.org/gk/articles/conociendo-el-cerebro-de-un-estudiante-de-preescolar/?lang=es

 

[2] SIEGEL, Daniel & PAYNE, Tina (2020). Las neuronas espejo son clave en la empatía y en cómo nos relacionamos con los demás en nuestra etapa de madurez. Cuando presenciamos una acción realizada por otro individuo, estas neuronas se activan para comprender lo ocurrido e imitar el comportamiento.

([3]) BILBAO, Álvaro (2018). El cerebro del niño explicado a los padres. Plataforma Editorial, España (p. 43)

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