Familia y escuela: modelo de cooperación

Los padres y la escuela comparten la tarea de educar a los niños y buscan brindarles las mejores oportunidades para desarrollar todo su potencial. Si bien los padres y los maestros cumplen roles distintos, ambos realizan esta tarea con cariño y buscan el mismo objetivo: el bienestar y, sobre todo, la formación integral de sus hijos.

Familia y escuela: modelo de cooperación


Los padres y la escuela comparten la tarea de educar a los niños y buscan brindarles las mejores oportunidades para desarrollar todo su potencial. Si bien los padres y los maestros cumplen roles distintos, ambos realizan esta tarea con cariño y buscan el mismo objetivo: el bienestar y, sobre todo, la formación integral de sus hijos.

11-05-2023

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Los padres y la escuela comparten la tarea de educar a los niños y buscan brindarles las mejores oportunidades para desarrollar todo su potencial. Si bien los padres y los maestros cumplen roles distintos, ambos realizan esta tarea con cariño y buscan el mismo objetivo: el bienestar y, sobre todo, la formación integral de sus hijos.

Todos hemos sabido siempre que, para alcanzar este objetivo, el trabajo conjunto entre la escuela y los padres de familia es fundamental. La educación remota durante la pandemia lo puso en evidencia de manera clara, y hoy seguimos comprobando que la cooperación entre ambas partes permite crear un ambiente de apoyo y compromiso que favorece el aprendizaje académico y socioemocional de los chicos, así como el bienestar en general de los niños y jóvenes.

Cuando los padres asumen con conciencia la educación de sus hijos, estos alcanzan mejores resultados académicos, mayor motivación y autoestima, y un mayor sentido de responsabilidad y compromiso con su aprendizaje. Además, los padres pueden proporcionar información valiosa desde una perspectiva más individual sobre las fortalezas y debilidades de sus hijos, lo que ayuda a los profesores en su afán de dar a cada uno lo que necesite.

Existen numerosas investigaciones que respaldan la idea de que la relación entre padres y maestros tiene un impacto significativo en el desempeño académico y el éxito de los estudiantes en la escuela. Un vínculo cercano y participativo traerá consecuencias positivas para todos los involucrados: los chicos irán al colegio con una actitud positiva, aprenderán mejor y desarrollarán mayor confianza en sí mismos. Además, los maestros se sentirán apoyados por los padres de familia, lo cual los llevará a desempeñar su labor con mayor compromiso y las satisfacciones serán más grandes para todos. Finalmente, los padres de familia estarán más involucrados con los procesos de aprendizaje de sus hijos y las diversas actividades escolares, lo que facilitará un mejor canal de comunicación.

De otro lado, se sabe que, más allá de lo que haga la escuela, el bagaje cultural de la familia -es decir, el conjunto de conocimientos, habilidades y valores que se transmite de generación en generación- juega un papel importante en el desempeño académico y social de los estudiantes. Este capital incluye, entre otros aspectos, la propia valoración del esfuerzo puesto en la educación, las creencias y la exposición a diferentes formas de arte y cultura al interior de la familia.

Cuando los padres y los docentes trabajan juntos para establecer expectativas claras, es posible fomentar el desarrollo de la autonomía y combatir la sobreprotección ejercida bien sea desde la familia o desde la escuela. Si se establecen reglas comunes los estudiantes aprenden a respetarlas y valorarlas. Además, desarrollan habilidades sociales y emocionales que les permiten interactuar positivamente con los demás y  contribuir un ambiente de convivencia agradable. Por ejemplo, combatir el acoso escolar o el cyberbullying es solo posible si trabajamos desde la escuela y desde la casa con la misma meta y con el mismo ahínco: cuidar al grupo, a todos y a cada uno por igual.

¿Cómo lograr que la cooperación entre la escuela y los padres sea efectiva?

1. Establecer canales de comunicación claros y eficientes sobre una base de intercambio regular que permitan una participación fluida de los padres en las d8istintas actividades escolares. Mantener un canal de comunicación cordial y fluido, así como plantearse objetivos claros en casa y en el colegio, nos permitirá colaborar en la formación de los chicos. Asimismo, que los medios de comunicación sean claros y frecuentes facilitará la fluidez de la información y el vínculo entre padres y maestros. También, es necesario que los padres y maestros mantengan una comunicación abierta para que estén al tanto de la dinámica familiar y las expectativas de los padres hacia su hijo. El que maestros y padres se encuentren y se comuniquen personalmente hace posible que se conozcan mejor, construyan consensos al conversar y dialoguen para que puedan repreguntar y obtener respuestas inmediatas.  

2. Estar alineados en cuanto a los objetivos educativos y los valores que queremos transmitir a los estudiantes. Es importante que exista una visión compartida sobre el papel de la educación en la formación de los niños y jóvenes; que tanto los docentes como los padres entiendan el rol que cada uno debe desempeñar en este proceso, y que al actuar se complementen con confianza y respeto.

3. Utilizar un lenguaje común entre los padres y la escuela. Es recomendable para lograr un ambiente de confianza que tanto padres como maestros, al hablar de los objetivos educativos y los valores que se quieren transmitir, utilicen mensajes comunes y términos familiares para todos. Por ello, es básico participar en eventos en los que se presenta el proyecto pedagógico, la metodología de trabajo y se conversa con los padres, por ejemplo, sobre la importancia del aprendizaje por proyectos, el nuevo sistema de evaluación por niveles de logro (con letras), o sobre la retroalimentación para mejorar los aprendizajes, entre otros temas.

4. Cuidar las formas y promover los espacios más adecuados para una comunicación amable y respetuosa en un contexto de límites razonables que responden a los roles distintos de cada parte.  Los padres merecen saber que las preocupaciones de sus hijos son atendidas; y los profesores, que se les otorga la confianza para que actúen como los profesionales que son.

Los maestros deben estar dispuestos a atender a los padres con una actitud cálida de contención, con capacidad de escucha, paciencia, persistencia y empatía. Asimismo, los padres deben comunicarse con los maestros de forma oportuna, con respeto, sensibilidad y comprensión. 

Finalmente, crear un vínculo positivo y de colaboración entre la familia y la escuela dará a los estudiantes un modelo de relación sana que les transmitirá el mensaje de que el maestro está ahí para enseñar, motivar y alentar a sus estudiantes.

  • Tomado del artículo escrito por la directora del Colegio Trener  Mercedes G. DE VALENZUELA, 2023. Familia y Escuela: un modelo de cooperación. En: Revista Trener 2023.

 

Referencias

  • RODRÍGUEZ L, Jaime (1997). Familias y escuelas como socios. En: http://almez.pntic.mec.es/jrol0003/familias_y_escuelas_socios.htm
  • FUNDACIÓN CAP (2022). Socios en el aprendizaje: Familia y Escuela. En: https://www.grupoeducar.cl/noticia/socios-en-el-aprendizaje-familia-y-escuela/
  • GARCÍA DE VALENZUELA, María Mercedes (2011). Comunicación entre padres y maestros. Encuentro pedagógico Trener, octubre.
  • DELGADO, Paulette (2019). La importancia de la participación de los padres en la enseñanza. En: https://observatorio.tec.mx/edu-news/la-importancia-de-la-participacion-de-los-padres-en-la-educacion/
  • GARCÍA DE VALENZUELA, María Mercedes (2023). Familia y Escuela: un modelo de cooperación. Revista Trener 2023.
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