Sobre la importancia de desarrollar el pensamiento científico de los niños

La curiosidad en las personas es innata, por lo que los niños buscan obtener información de su medio a partir de la exploración y el juego. De esta forma, conocer el porqué de las cosas genera una serie de interrogantes respecto de las vivencias cotidianas que experimentan y que les permiten plantear explicaciones. Este fenómeno ocurre de manera espontánea y puede ser aprovechado desde que los niños son pequeños. Así, se promueve la indagación, la motivación, la observación, el razonamiento, el análisis, la resolución de problemas a mediano y largo plazo; y, por último, los procesos cognitivos y de pensamiento, cada vez más elaborados, que hacen que la mente de los niños sea más permeable al conocimiento y al método científico.

Sobre la importancia de desarrollar el pensamiento científico de los niños


La curiosidad en las personas es innata, por lo que los niños buscan obtener información de su medio a partir de la exploración y el juego. De esta forma, conocer el porqué de las cosas genera una serie de interrogantes respecto de las vivencias cotidianas que experimentan y que les permiten plantear explicaciones. Este fenómeno ocurre de manera espontánea y puede ser aprovechado desde que los niños son pequeños. Así, se promueve la indagación, la motivación, la observación, el razonamiento, el análisis, la resolución de problemas a mediano y largo plazo; y, por último, los procesos cognitivos y de pensamiento, cada vez más elaborados, que hacen que la mente de los niños sea más permeable al conocimiento y al método científico.

Escrito por: Lic. Elaine Wolfenzon (Psicóloga Educacional) | 27-10-2021

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La curiosidad en las personas es innata, por lo que los niños buscan obtener información de su medio a partir de la exploración y el juego. De esta forma, conocer el porqué de las cosas genera una serie de interrogantes respecto de las vivencias cotidianas que experimentan y que les permiten plantear explicaciones. Este fenómeno ocurre de manera espontánea y puede ser aprovechado desde que los niños son pequeños. Así, se promueve la indagación, la motivación, la observación, el razonamiento, el análisis, la resolución de problemas a mediano y largo plazo; y, por último, los procesos cognitivos y de pensamiento, cada vez más elaborados, que hacen que la mente de los niños sea más permeable al conocimiento y al método científico.

Según la Real Academia Española, la ciencia es “un conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales con capacidad predictiva y comprobables experimentalmente”[1].

Si bien los niños pequeños no acceden a un nivel de abstracción y sistematización del pensamiento científico, se trata de propiciar un ambiente adecuado desde los primeros años para que, a partir de los estímulos y las preguntas que se hagan, acudan a estrategias que involucren la observación, el registro y la investigación de situaciones significativas y familiares que les provoquen asombro e interés.  En síntesis, podemos decir que la curiosidad, la motivación y la capacidad de preguntar son los primeros pasos para el aprendizaje y para el desarrollo del pensamiento científico.

La información está en todas partes y es fácil acceder a ella con una computadora; sin embargo, investigar y utilizar el pensamiento científico es mucho más que buscar datos o conceptos. La puesta en práctica de este estilo de pensamiento implica usar el criterio y la intuición para hacerse preguntas y plantear hipótesis desde que son pequeños. A partir de ello, es fundamental indagar, aprender a procesar los datos recabados y ordenarlos para generar ideas, establecer relaciones de causa-efecto y crear asociaciones nuevas, así como desarrollar procesos de análisis y síntesis a partir de sus experiencias.

Antes, el profesor se preocupaba más por cómo enseñar y dar respuestas a los pequeños. Hoy en día, el cambio de paradigma en la educación y los avances en el manejo de la información son claves para que la escuela se preocupe por proporcionar las condiciones adecuadas para que los chicos aprendan, construyan conceptos y sean los generadores de conocimiento. Lo esencial es que los niños aprendan a aprender; es decir, desarrollar sus propias competencias y capacidades para conocer. Para ello, es conveniente estimular en los pequeños el pensamiento crítico, la reflexión, la creatividad y la flexibilidad para buscar soluciones nuevas frente a los problemas. Esto último, finalmente, los acercar a la ciencia y a la investigación.

El pensamiento científico implica descubrir el mundo, primero observándolo y utilizando todos nuestros sentidos y habilidades para encontrar respuestas significativas que nos ayuden a tener mayor información sobre lo que nos interesa. Así, al trabajar usando las bases del método científico, recurrimos a la observación, al registro, al ensayo-error, y al razonamiento para vincular ideas y evidencias a distintos procesos o fenómenos que nos permiten explicar otros. También, la posibilidad de plantear hipótesis, elaborar relaciones de causa-efecto y probar alternativas contribuyen a entender conceptos y explicar situaciones de nuestra vida cotidiana.

En este contexto, el aprendizaje por proyectos, que está enmarcado en el trabajo colaborativo, contribuye a que el niño no “pida” respuestas, sino que, por el contrario, se acerque al pensamiento científico al intercambiar argumentos con quienes lo rodean, reforzar sus ideas, modificar sus posturas o generar nuevas preguntas que lo lleven a seguir investigando y profundizando en temas de su interés. Además, esta metodología facilita el uso espontáneo de diversas fuentes disponibles, tales como el internet, los libros, las experiencias de los demás compañeros y la asesoría de expertos, entre otras.  

En esta línea, es importante señalar que la diversidad que existe en un grupo o en el aula fomenta el intercambio de opiniones, la habilidad de argumentar, de defender posturas y de llegar a acuerdos informados a partir del conflicto cognitivo y las controversias conceptuales, que son el primer paso para construir conocimientos.

¿Por qué es importante que los niños se acerquen a las ciencias y la investigación desde pequeños?

  • Les brinda un conocimiento más amplio del mundo que los rodea, lo que les permitirá asimilar nuevos conceptos y encontrar relaciones entre fenómenos o situaciones con mayor complejidad.
  • Promueve las habilidades vinculadas con la resolución de problemas, al fomentar la investigación y las habilidades de análisis y síntesis.
  • Desarrolla competencias y habilidades necesarias para la vida. La ciencia les permite incrementar sus lapsos de atención, los anima a tomar decisiones informadas, a buscar argumentos para sustentar sus posturas, así como a elaborar conclusiones basadas en observaciones, experimentos, datos o información concreta.
  • Desarrolla la capacidad de trabajar de manera colaborativa y creativa. Los niños aprenden a escucharse, a establecer conexiones, a plantear nuevas ideas y a buscar ideas originales.

Según lo anterior, la dinámica de trabajo en proyectos, además de promover el trabajo colaborativo, contribuye a que el profesor asuma un rol de facilitador que permite integrar distintas áreas y fusionar conocimientos y herramientas que, poco a poco, faciliten en los alumnos el relacionar, comparar, interpretar evidencias, dar significados y compartir datos para llegar a plantear nuevas preguntas y estimular con ellas su capacidad de reflexión. Todos estos son pasos esenciales para desarrollar el pensamiento científico. De esta manera, el trabajo en proyectos es una de las estrategias pedagógicas que fomenta la práctica de la investigación y el acercamiento a la ciencia.

¿Por qué es importante que los niños se acerquen a las ciencias y la investigación desde pequeños?

  • Les brinda un conocimiento más amplio del mundo que los rodea, lo que les permitirá asimilar nuevos conceptos y encontrar relaciones entre fenómenos o situaciones con mayor complejidad.
  • Promueve las habilidades vinculadas con la resolución de problemas, al fomentar la investigación y las habilidades de análisis y síntesis.
  • Desarrolla competencias y habilidades necesarias para la vida. La ciencia les permite incrementar sus lapsos de atención, los anima a tomar decisiones informadas, a buscar argumentos para sustentar sus posturas, así como a elaborar conclusiones basadas en observaciones, experimentos, datos o información concreta.

Desarrolla la capacidad de trabajar de manera colaborativa y creativa. Los niños aprenden a escucharse, a establecer conexiones, a plantear nuevas ideas y a buscar ideas originales.

 


[1] Diccionario de la lengua española (RAE), 2020. En: https://dle.rae.es/ciencia

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