¿Cuál es el rol de los padres en la promoción de la salud mental?

Cuando se menciona el concepto de salud, se suele pensar en salud física, es decir la salud del cuerpo o de alguna parte de este. Sin embargo, cuando hablamos de salud mental debemos pensar en el desarrollo integral de la persona e incluir los factores educativos, emocionales y conductuales que forman parte de su vida.

¿Cuál es el rol de los padres en la promoción de la salud mental?


Cuando se menciona el concepto de salud, se suele pensar en salud física, es decir la salud del cuerpo o de alguna parte de este. Sin embargo, cuando hablamos de salud mental debemos pensar en el desarrollo integral de la persona e incluir los factores educativos, emocionales y conductuales que forman parte de su vida.

Escrito por: Lic. Elaine Wolfenzon (Psicóloga Educacional) | 10-04-2023

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Cuando se menciona el concepto de salud, se suele pensar en salud física, es decir la salud del cuerpo o de alguna parte de este. Sin embargo, cuando hablamos de salud mental debemos pensar en el desarrollo integral de la persona e incluir los factores educativos, emocionales y conductuales que forman parte de su vida.

Según la Organización mundial de la salud (2022), “La salud mental es un estado de bienestar que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender trabajar adecuadamente, así como contribuir a la mejora de su comunidad. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. La salud mental es, además, un derecho humano fundamental y un elemento esencial para el desarrollo personal, comunitario y socioeconómico”. [1]

Los padres desempeñan un papel crucial en la detección de problemas de salud mental en los niños. Algunas señales de alerta sobre las que debemos prestar atención al observar el comportamiento de los chicos y su interacción con otros son las siguientes:

  • Mantenerse encerrado o no querer compartir con sus compañeros: Por ejemplo, cuando el niño se mantiene aislado y no muestra interés por estar con sus compañeros, cuando deja de interactuar o de reunirse con las personas con las que antes solía disfrutar.
  • Sentir irritabilidad: El pequeño se muestra a la defensiva, poco tolerante y reacciona fastidiado y con cólera, o le cuesta dar a conocer sus emociones por la vía adecuada. 
  • Mostrar tristeza frecuente o inexplicable: Cuando, sin entender muy bien por qué, el chico se muestra triste, preocupado o ansioso por una causa poco aparente que no logra expresar o comprender.
  • Tener muy poca energía: Cuando el niño se siente agotado y no cuenta con energía para realizar las actividades que normalmente llevaba a cabo. Se muestra poco esperanzado y sin expectativas.
  • Dejar de compartir lo que el niño siente con su familia: Cuando el chico deja de contar lo que le pasa o lo que siente y deja de comunicarse con los distintos miembros de su familia.
  • Presentar dificultades para dormir: Pueden presentarse trastornos del sueño, como dificultades para conciliar el sueño, levantarse con pesadillas o ansiedad, incapacidad para dormir la noche de corrido, dificultades para dormir solo, entre otras.   
  • Experimentar cambios en el apetito: Pueden aparecer cambios repentinos en la alimentación del pequeño. Por ejemplo, reduce la cantidad de alimentos y se siente inapetente, come con ansiedad y lo hace por gula, cambia de gustos o deja de comer distintos alimentos que antes sí consumía.
  • Tener cambios marcados en el rendimiento académico o en el aprendizaje: El niño empieza a distraerse en el aula y deja de realizar las tareas encomendadas, o ya no lo hace con dedicación. En este caso, puede suceder que se desconcentre o solo haga lo mínimo indispensable.
  • Experimentar dolores o molestias inexplicables: Cuando el niño se siente físicamente mal y presenta un malestar que no tiene un origen claro. Por ejemplo, dolor en el cuerpo, agotamiento, malestares de cabeza, estrés, etc.

De otro lado, además de observar el comportamiento de los chicos de la manera más objetiva posible, los padres son también una fuente de información valiosa, para los profesionales de la salud mental y para los maestros, sobre el historial médico, familiar, social y del entorno del pequeño. Esta fuente de información contribuirá, de forma significativa, a hacer un diagnóstico preciso y ayudará a proporcionar un tratamiento oportuno y más efectivo en caso fuera necesario.

Como sabemos, el primer espacio de socialización de los niños es la familia. Por ello, es necesario generar un ambiente positivo en casa y “suficientemente” bueno que contribuya a promover la salud mental de los hijos en el hogar.

A continuación, algunas estrategias para promover la salud mental de los hijos:

  • Establecer un clima democrático en casa en el que todos se sientan cómodos y tengan la oportunidad de opinar, siempre en un ambiente de respeto.
  • Fomentar la asertividad en casa, es decir la posibilidad de expresar los propios sentimientos, preferencias, opiniones y necesidades, de manera adecuada y respetando al mismo tiempo los derechos de los demás.
  • Compartir las tareas y responsabilidades del hogar de manera que cada uno de los miembros de la familia se comprometa con ellas. Los niños necesitan desarrollar hábitos para poder saber qué les corresponde hacer a lo largo del día. La planificación les brinda seguridad.
  • Promover el diálogo y la comunicación entre los diferentes miembros de la familia. Es importante buscar espacios para conversar acerca del día a día, las preocupaciones, sentimientos y proyectos que cada integrante de la familia tiene.
  • Fomentar la expresión de emociones. Es necesario enseñar a los hijos a identificar sus emociones y verbalizarlas. También, es positivo que los niños amplíen su vocabulario para poder expresar cómo se sienten y brindarles distintos canales y medios para ello tales como el arte, el juego y la música, por ejemplo.
  • Propiciar la escucha activa al interior de la familia y brindar a todos la oportunidad de plantear sus ideas, inclusive a los más pequeños.
  • Reconocer y felicitar los logros importantes que cada uno alcance al interior de la familia. Celebrar los momentos de alegría y compartir expresiones afectivas que sean gratificantes y estimulen sentimientos de felicidad.
  • Acompañar a los chicos en los momentos difíciles, prestarles atención, brindarles muestras de afecto y soporte emocional.
  • Mostrar optimismo, es decir, capacidad para mantener la esperanza y la motivación ante el cambio.
  • Conocer el círculo de amistades de nuestros hijos para poder estar más cerca de lo que les pasa y comprender mejor sus experiencias. En esta línea, buscar que establezcan relaciones positivas basadas en el respeto, la buena voluntad y el deseo de soporte y mejora.
  • Fomentar la inteligencia intrapersonal, es decir ayudarlos a desarrollar conciencia sobre sus propias capacidades y limitaciones para que pueda tener una comprensión más real de qué quieren, no solo desde un aspecto racional, sino también desde el reconocimiento de sus emociones.
  • Propiciar su sentido de aceptación social, el que se sientan parte de un grupo y sean capaces de ubicarse en un rol acorde a su edad, sus intereses y gustos dentro de la comunidad.
  • Enseñar a resolver problemas. Los padres pueden promover en sus hijos algunas estrategias de afrontamiento para resolver problemas y lidiar con el estrés cotidiano. Por ejemplo, herramientas de relajación, analizar ventajas y desventajas de distintas situaciones, ensayar alternativas de solución, etc.
  • Brindar espacios de juego y actividad física al aire libre. El juego y las actividades de movimiento, principalmente cuando se dan en contacto con la naturaleza, son medios que contribuyen a promover la salud emocional y el bienestar físico de los chicos.

En resumen, los padres juegan un papel clave en la promoción de la salud mental de sus hijos desde que son pequeños y en la detección de problemas o señales de alerta a temprana edad. Es importante considerar que cuando los problemas de salud mental son tratados y atendidos de forma temprana, tienen un mejor pronóstico.  

Referencias:

 

  • Cuadernos de información (UNICEF, 2021) Derechos, salud mental y educación: Un enfoque para promover la salud mental y psicosocial desde los centros educativos.
  • Cuadernos de información (UNICEF, 2021-2022) Educando la Conciencia: El papel de la educación para promover el derecho a la salud mental y el desarrollo de hábitos positivos.
  • ROJAS JACQUELINE (2017). La familia, un importante soporte de la salud mental. En: https://blogs.upn.edu.pe/salud/2017/03/13/la-familia-un-importante-soporte-de-la-saludmental/#:~:text=Celebrar%20los%20momentos%20importantes%20(buenas,muestra%20de%20afecto%20y%20cari%C3%B1o.
  • SABATER, Valerie (2022). Formas en que los padres afectan nuestra salud mental. En: https://lamenteesmaravillosa.com/padres-afectan-a-nuestra-salud-mental/.
  • NOVELLA Angelino & ROCA DE DAÑINO, María (2010). Escuela Espacio de salud mental (APNA).
  • Salud mental: Fortalecer nuestra respuesta (2022) Organización Mundial de la Salud. En: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response.
  • SARMIENTO, María José (2017). Boletín Nuestro Diario Vivir: Salud mental y escuela. En: Boletín #03: Salud mental y escuela – APS – Punto de Apoyo | Programa Intervenciones en Salud Mental PUHJ-HUSI (javeriana.edu.co).
  • VALDIVIA PRIETO, Estela (2023). En: https://www.som360.org/es/blog/proteger-salud-mental-desde-centros-educativos.

 

 

[1] ¡Es el momento! cuide su salud mental y la de los suyos (2022).  Or4ganización Panamericana de la Salud (OPS) y Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

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