Crianza respetuosa

Ser padres implica un constante reto y mucho aprendizaje. Existen diversos estilos parentales y diferentes estrategias que los padres pueden aplicar al momento de educar a sus pequeños; sin embargo, uno de los estilos que recomiendan los especialistas por promover resultados adecuados a largo plazo en los niños, es la crianza respetuosa.

Crianza respetuosa


Ser padres implica un constante reto y mucho aprendizaje. Existen diversos estilos parentales y diferentes estrategias que los padres pueden aplicar al momento de educar a sus pequeños; sin embargo, uno de los estilos que recomiendan los especialistas por promover resultados adecuados a largo plazo en los niños, es la crianza respetuosa.

19-06-2023

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Ser padres implica un constante reto y mucho aprendizaje. Existen diversos estilos parentales y diferentes estrategias que los padres pueden aplicar al momento de educar a sus pequeños; sin embargo, uno de los estilos que recomiendan los especialistas por promover resultados adecuados a largo plazo en los niños, es la crianza respetuosa.

¿Qué se entiende por crianza respetuosa? 

Los profesionales que forman parte de la plataforma “La Tribu, Criar con sentido común”,  definen la crianza respetuosa como “un estilo que busca ofrecer a los bebés y a los niños lo que se considera que necesitan: no solo alimento, higiene, seguridad y el confort de un hogar con pañales limpios, sino también abrazos, cariño, amor, atención y respeto. Basándose en la premisa de que el llanto es una llamada de auxilio del bebé, su manera de expresar que necesita sentirse seguro y en calma para poder explorar y aprender del entorno; de sentir el acompañamiento por parte de los adultos[1]

La crianza respetuosa tiene como fundamento la teoría del apego del psicoanalista John Bowlby, quien plantea que se establecerá un vínculo seguro entre el niño y su cuidador cuando aquel sienta que este es capaz de responder a sus necesidades de manera eficaz y comprender sus emociones. “Este apego se caracteriza por ser incondicional: el bebé se siente querido, respetado y valorado[2] por el adulto que lo tiene a su cargo. Según Bowlby, este tipo de vínculo se desarrolla en base a la constancia del adulto responsable del bebé para brindarle cuidados y seguridad.

Así, este estilo de crianza tiene como principios básicos para educar la comprensión, la empatía, el amor y el respeto.  Desde esta práctica, los niños aprenderán a tratarse de forma adecuada y a ser respetuosos con los demás. Educar desde el respeto es cuidar el vínculo entre padres e hijos y favorecer la comunicación constante y el diálogo entre ellos sin poner énfasis en las jerarquías. La idea es que tanto padres como hijos se traten siempre con respeto y sin olvidar que mamá y papá son figuras de autoridad y que cuentan con mayor experiencia y conocimientos sobre ciertos temas.

Si bien al momento de implementar este tipo de crianza pueden surgir dificultades y cuestiones vinculadas a los límites, el modelo se fundamenta en el respeto entre los padres, el niño y su entorno cercano. En este contexto, se entiende que una actitud de respeto hacia cualquier persona se responde igualmente con una acción respetuosa. Aquí, es pertinente explicitar que cuando se habla de respeto se está haciendo referencia a uno de los valores más importantes para la vida en sociedad. El respeto es aceptar a los demás como son, con sus características e individualidades sin pretender cambiarlos. Asimismo, respetar implica valorar las cualidades del otro y tratar a los demás como quisiéramos que nos traten a nosotros, siendo conscientes tanto de nuestros deberes y derechos, como de los de los demás. En esa línea, el respeto es un valor que incluye reciprocidad.

En la educación tradicional se busca que los niños interioricen las normas porque sus padres lo decían, porque les debían obediencia y respeto por ser mayores. Esto, en muchas oportunidades determina que los chicos tengan que seguir las normas sin entenderlas. Por su parte, lo que la crianza busca es que los niños puedan entender el porqué de las normas, reflexionar sobre ellas, aprender a tomar mejores decisiones y elegir con mayor autonomía. De igual modo, con este estilo de crianza se procura que los chicos puedan desarrollar sus propias ideas, cuestionarse, reflexionar y dar a conocer sus puntos de vista, siempre por los canales adecuados y guardando el debido respeto y las formas al hacerlo. Con esto, los chicos aprenden a argumentar, desarrollan el pensamiento crítico, se expresan y pueden explicar de forma razonada sus opiniones y conocimientos, aunque no tengan siempre razón o no estén de acuerdo con lo que otros plantean. El buen trato es una condición de este estilo de crianza: si nos equivocamos o decimos algo errado, no nos gustaría que nos tachen o nos anulen, sino que, por el contrario, a través de una comunicación amigable y enriquecedora nos muestren nuestro error.

¿Qué no es crianza respetuosa? 

Es común confundir la crianza respetuosa con la falta de límites. Algunas personas han entendido que educar desde el respeto implica ser totalmente permisivo y formar a los pequeños sin normas ni consecuencias, o sin el principio de autoridad. Es importante que quede claro que esto no es así. Aprender a relacionarse con respeto está directamente relacionado con la capacidad de poner límites y de respetar los límites de los demás.

En el siguiente cuadro podemos ver con mayor claridad las diferencias[3]:

Es crianza respetuosa

No es crianza respetuosa

Poner límites claros, comprensibles y consistentes, no deben cambiar según el momento.

Conceder cualquier deseo al niño.

Entender cuáles son sus necesidades emocionales y responder a ellas de la forma más apropiada.

Dar al niño todo lo que pida y en el momento que lo pida.

Explicar el porqué de los límites. 

Escuchar algunas veces y otras no según las circunstancias.

Tener en cuenta lo que los pequeños sienten y validar sus emociones.

Improvisar nuestras decisiones según el humor, el estado de ánimo y el nivel de cansancio que tengamos.

Tomar suficiente tiempo para escuchar sus razones y comprenderlas.

Dejar de aplicar las consecuencias al rebasar los límites.

 

A través de la crianza respetuosa los padres proponen límites razonables, no castigos. También, proponen normas con sentido y adecuadas para el momento de desarrollo e el que se encuentra el niño (tanto emocional como cognitivo).

Los límites ayudan a que los niños se sientan más seguros y tengan mayor claridad acerca de qué se espera de ellos. En este sentido, es fundamental construir las normas con los niños para que puedan comprenderlas. También, es necesario dialogar con ellos por si muestran alguna dificultad para identificar las razones que están detrás de las normas. En esa línea, en caso de que los pequeños incumplan los límites es importante establecer consecuencias naturales (que provienen de la misma situación) o lógicas (en este caso el adulto aplica una consecuencia que no es natural, pero sí “lógica” o vinculada con la conducta), claras y realistas. Además, las consecuencias deben ser proporcionadas, ligadas a la falta e inmediatas.

Cuando hablamos de consecuencias debe quedar claro que no nos referimos a castigos (estos crean sentimientos negativos y resentimiento). La disciplina respetuosa intenta no recurrir al castigo, sino a restaurar el orden que se ha roto al no respetar el límite impuesto. Así, una consecuencia es aquello que surge de una conducta inadecuada y que tiene como objetivo que el niño aprenda en base a las acciones que cometió. Considerando lo señalado, es bueno preguntarse ¿qué debe aprender el niño?

Por otro lado, si aplicamos la misma consecuencia para diferentes conductas corremos el riesgo de que las consecuencias pierdan su efectividad. Es necesario tener en cuenta que las consecuencias deben aplicarse de forma consistente; es decir, en todas las ocasiones. Finalmente, es fundamental que el niño conozca antes las consecuencias que se aplicarán cuando incumpla las normas establecidas.

¿Cuáles son las ventajas de la crianza respetuosa?

Los pequeños desarrollan una mejor gestión de sus emociones, son capaces de reconocerlas y plantear estrategias para atenderlas o manejarlas mejor. De igual modo, este estilo de crianza repercute en una mejor autoestima, esto debido a que los niños desarrollan más confianza en sí mismos, se sienten más seguros e interiorizan que sus opiniones son valoradas y escuchadas por los demás. También, con la crianza respetuosa los pequeños aprenden a ser más tolerantes con la diversidad y a escuchar a los demás, aunque no piensen igual o no estén de acuerdo con sus posturas. Otra ventaja importante es la capacidad de desarrollar mayores niveles de sociabilidad y empatía: estos chicos están más acostumbrados a relacionarse con los demás y a dar a conocer sus opiniones, así como a escuchar a todos por igual, mostrándose comprensivos y poniéndose en el lugar del otro.

En general, los niños que han vivido con padres que han aplicado el estilo de crianza respetuosa saben expresarse con mayor facilidad (suelen ser más asertivos) y se sienten más seguros y autónomos. Finalmente, se menciona como ventaja el que sean niños más sanos y con un mayor grado de felicidad. En general, los niños que se educan en un espacio en el que prima el respeto crecen en un ambiente más acogedor y amable en el que pueden sentirse más tranquilos y libres de estrés, un lugar donde son valorados y queridos por lo que son.

Referencias:

 

 

[1] Conozcamos qué es la crianza respetuosa y ¡celebremos su día! (2022). En: https://www.doctoraki.com/blog/bienestar-y-salud/crianza-respetuosa-que-es-y-sus-8-claves/

[2] Tipos de Apego y sus implicaciones psicológicas (2023). En:

https://www.mentesabiertaspsicologia.com/blog-psicologia/tipos-de-apego-y-sus-implicaciones-psicologicas#:~:text=1.-,Apego%20seguro,en%20proporcionar%20cuidados%20y%20seguridad.

[3] Cuadro tomado textual de: ¿Qué es y qué no es la Educación Respetuosa? En: https://colegiokhalilgibran.es/2022/09/19/que-es-y-que-no-es-la-educacion-respetuosa/

 

 

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