La gratitud: un valor que debemos cultivar

La gratitud es un sentimiento positivo que debemos promover y desarrollar en todas las personas, especialmente en los niños. “Es una emoción fuertemente relacionada con la salud mental, la satisfacción vital, el optimismo, la autoestima, las relaciones sociales y la felicidad que perdura a lo largo de la vida[1]” (Naciones Unidas, 2022).

La gratitud: un valor que debemos cultivar


La gratitud es un sentimiento positivo que debemos promover y desarrollar en todas las personas, especialmente en los niños. “Es una emoción fuertemente relacionada con la salud mental, la satisfacción vital, el optimismo, la autoestima, las relaciones sociales y la felicidad que perdura a lo largo de la vida[1]” (Naciones Unidas, 2022).

25-01-2023

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La gratitud: un valor que debemos cultivar

La gratitud es un sentimiento positivo que debemos promover y desarrollar en todas las personas, especialmente en los niños. “Es una emoción fuertemente relacionada con la salud mental, la satisfacción vital, el optimismo, la autoestima, las relaciones sociales y la felicidad que perdura a lo largo de la vida[1](Naciones Unidas, 2022).

La gratitud es un sentimiento de valoración, estima y reconocimiento que una persona tiene hacia quien le ha hecho un favor o prestado un servicio, por el cual desea corresponderle a través de palabras o gestos[2]. Puede desarrollarse poniendo el foco de atención en las situaciones buenas de nuestra vida y reflexionando sobre lo que tenemos y hemos logrado. La gratitud implica hacer una pausa y pensar sobre lo afortunados que somos por tener algunas cosas que, muchas veces, damos por sentadas. De esta forma, nos permite valorar momentos y hechos cotidianos, como tener un buen lugar donde vivir, comida para alimentarnos, una familia que nos quiere y acceso a una educación de calidad, por ejemplo.

Si bien muchas veces los sentimientos de gratitud se dan de forma espontánea, estos también pueden aprenderse. Así, al sentir gratitud, las personas empiezan a apreciar los distintos aspectos que los rodean y desarrollan una mayor consciencia hacia los demás y el importante papel que ellos juegan en su bienestar emocional. La gratitud es una fortaleza, dado que hace referencia a reconocer y valorar lo que los otros hacen por nosotros, además de aquello que tenemos.

¿Por qué es importante desarrollar el sentimiento de gratitud?

Las personas agradecidas suelen ser más optimistas y desarrollar una mentalidad positiva. Esta actitud contribuye a que se sientan más felices y a que aprendan a valorar los pequeños detalles. En general, ayuda contra la depresión y disminuye emociones como la amargura, la rabia o la agresividad.

También, el tener sentimientos positivos nos hace sentir bien y nos ayuda a ver la vida con mayores posibilidades. Las emociones se “contagian”. Muchas veces el sentir una emoción positiva nos lleva a otra emoción positiva. Tal como lo menciona Daniel Goleman (1995) en su libro inteligencia emocional “Al enseñar a las personas a sintonizar sus emociones con inteligencia y expandir sus círculos de interés, podemos transformar nuestras relaciones de adentro hacia afuera y marcar una diferencia positiva en el mundo[3].

El contagio emocional es un proceso sutil e imperceptible que se da de manera constante en nuestras interacciones diarias al emitir señales emocionales que afectan a los que están a nuestro alrededor (Sánchez, 2019).  Por ello, la gratitud puede contribuir a que se genere una cadena de acciones positivas y, el sentirnos agradecidos, ayudar a que nos sintamos alegres, tranquilos y con mejor disposición hacia los demás. Cuando sentimos gratitud por la forma en que nos ha apoyado una persona, es más probable que nosotros también nos sintamos más empáticos y seamos amables. Esto último, nos ayuda en la construcción de relaciones afectivas más sólidas.  

Otro aspecto importante, es que la gratitud contribuye a la esperanza, la resiliencia y a la capacidad de afrontar las crisis con una mirada más positiva. Esto último, puede ayudarnos a gestionar mejor las emociones difíciles como la pérdida, el estrés, la depresión, entre otras (Naciones Unidas, 2022).

Finalmente, existen distintos estudios científicos que coinciden en afirmar que ser agradecidos mejora la salud: las personas que practican gratitud suelen tener un mejor manejo de sus emociones, mejor salud física y ser más empáticas. Según un estudio de la universidad de UCLA[4], expresar gratitud cambia la estructura molecular de nuestros cerebros y nos hace más felices. Otro estudio de la Universidad de California y la de Miami[5] reporta que las personas más agradecidas tienen mejor rendimiento en el trabajo y, por lo general, menos problemas de salud.  

¿Cómo desarrollar la gratitud?

Enseña a dar las gracias con el ejemplo. Los niños aprenden de lo que viven y es importante que en casa vean que se practica la gratitud y que modelemos con ellos distintas conductas y acciones para agradecer. Además, para poder sentirse agradecido es necesario primero aprender a valorar las cosas que se tienen. En este sentido, es importante hablar sobre estas cosas en familia y compartir experiencias.

Anota o haz un recuento de las cosas positivas que te sucedieron en el día. Es una buena práctica darse un tiempo para reflexionar sobre las pequeñas cosas que nos sucedieron en el día y que nos hicieron sentir bien: una conversación con un compañero, un mensaje de alguien que nos hizo sonreír, un abrazo, un saludo inesperado, una canción, etc. El registrar estas situaciones podrá ayudar a los niños cuando estén tristes o molestos, ya que al leerlas o recordarlas se darán cuenta de que, aunque pudo haber momentos malos, hay muchas cosas positivas por las que agradecer.

Agradece diariamente a las personas que llevaron a cabo una acción o hicieron algún gesto positivo para que tu día sea un “buen día”. Da las gracias siempre que te den el pase, te ofrezcan ayuda, te atiendan en una cafetería, etc. Conversa con tus hijos de otros posibles ejemplos en su vida diaria. Enseña a los niños a que expresen sus sentimientos, que digan a las personas cómo les hacen sentir y que tengan algún gesto bonito hacia los demás. Por ejemplo, pueden hacer una tarjeta agradeciendo un regalo, una llamada para dar las gracias cuando alguien los invita o hace algo bonito por ellos, un dibujo o un mensaje de agradecimiento, etc.

 

Valora las pequeñas cosas o acciones. Es importante que los niños aprendan a valorar los gestos que hayan tenido terceras personas con ellos, y también a ser agradecidos consigo mismos. En esta línea, es positivo que aprendan a valorar los pequeños esfuerzos que hicieron durante el día para lograr aquello que se propusieron. Un ejercicio práctico puede ser conversar con ellos sobre cuál ha sido el momento del día en el que se sintieron particularmente satisfechos. También, es necesario reflexionar sobre las personas concretas hacia las que sienten gratitud.

Participa en distintas actividades de ayuda. Anima a tus hijos a ponerse en el lugar del otro y enséñales a participar en diferentes actividades de apoyo a la comunidad sin esperar nada a cambio. El ayudar a personas que lo necesitan desarrollará su sensibilidad, humildad y empatía.

Enséñales a dar más que a recibir. Desde que son pequeños es fundamental darles la oportunidad de donar su tiempo y sus cosas a otros. Recuérdales que es importante dar.

Aprovecha las situaciones difíciles para mostrar agradecimiento. No es fácil encontrar algo de qué estar agradecido cuando estamos en situaciones complicadas. Es en esos momentos cuando tenemos que sacar lo mejor de nosotros y ayudar a nuestros hijos a reconocer motivos para estar agradecidos. Incluso cuando las cosas no salen como esperábamos, hay que buscar un aprendizaje y estar agradecidos.

 

Referencias:

 

[1] Naciones Unidas, La ciencia de la gratitud En: https://www.unodc.org/unodc/es/listen-first/super-skills/gratitude.html

 

[2] https://www.significados.com/gratitud/

 

[4] En el Centro de Investigación de Conciencia de la Atención Integral de la UCLA, tras un estudio concreto en esta materia se definió que cuando nos sentimos felices, nuestro sistema nervioso central se va modificando. Por tanto, practicar gratitud genera felicidad en nosotros. En: CASTRO, Sonia (2022). El Poder de la Gratitud: Beneficios y cómo mejorarla. En: https://www.iepp.es/poder-gratitud/

 

[5]  Robert A. Emmons de la Universidad de California en Davis y su colega Mike McCullough de la Universidad de Miami, revelaron que las personas que habían estado practicando la gratitud tenían menos problemas de salud y rendían un promedio de 1,5 horas más. En: CASTRO, Sonia (2022). El Poder de la Gratitud: Beneficios y Cómo mejorarla. En: https://www.iepp.es/poder-gratitud/

 

 

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