Educar en la empatía

La empatía es una de las competencias fundamentales de la inteligencia emocional, pues implica la disposición y habilidad para comprender el estado emocional del otro. Involucra escucha activa, comprensión, interpretación de señales no verbales y facilidad para apoyar emocionalmente a los demás. Por ello, se dice que ser empático equivale a ponerse en el lugar del otro. Es ser capaz de “leer” sus emociones sin la necesidad de que esa persona las exprese directamente.   ¿Por qué es importante desarrollar la empatía?

Educar en la empatía


La empatía es una de las competencias fundamentales de la inteligencia emocional, pues implica la disposición y habilidad para comprender el estado emocional del otro. Involucra escucha activa, comprensión, interpretación de señales no verbales y facilidad para apoyar emocionalmente a los demás. Por ello, se dice que ser empático equivale a ponerse en el lugar del otro. Es ser capaz de “leer” sus emociones sin la necesidad de que esa persona las exprese directamente.   ¿Por qué es importante desarrollar la empatía?

Escrito por: Lic. Elaine Wolfenzon (Psicóloga Educacional) | 05-05-2020

Tiempo de lectura: 5 mins, 34 segs

La empatía es una de las competencias fundamentales de la inteligencia emocional, pues implica la disposición y habilidad para comprender el estado emocional del otro. Involucra escucha activa, comprensión, interpretación de señales no verbales y facilidad para apoyar emocionalmente a los demás. Por ello, se dice que ser empático equivale a ponerse en el lugar del otro. Es ser capaz de “leer” sus emociones sin la necesidad de que esa persona las exprese directamente.  


¿Por qué es importante desarrollar la empatía?
Aunque una persona puede disfrutar de su soledad, también necesita interrelacionarse para crecer y desarrollarse en sociedad. De ahí que la empatía es necesaria para la construcción de vínculos con otras personas del entorno. Ayuda a reconocer a los otros como seres humanos con los mismos derechos, a sintonizar con ellos, y a desarrollar tolerancia, respeto y habilidades de comunicación, todas ellas características básicas para la vida en comunidad.
En la actualidad, el ritmo de vida acelerado, la desconfianza y la competitividad podrían propiciar que los niños crezcan con actitudes individualistas, lo cual no favorece el desarrollo de la empatía, la formación de buenos ciudadanos ni la vida en comunidad. En ese sentido, educar en la empatía es motivar a los niños para que, sean capaces de conectarse con su entorno de manera más comprometida. De esta forma, pueden acercarse y analizar ciertas situaciones de la vida diaria y hacerse más conscientes de la realidad. Considerando lo señalado, es necesario favorecer el desarrollo de la empatía tanto en la casa como en la escuela a través de la convivencia. La empatía es clave para para formar niños más humanos, capaces de identificarse con otros, de ser solidarios, y de comprometerse con el bienestar de su entorno y comunidad.  


¿La empatía se aprende?
Todos nacemos con la capacidad de ser empáticos y esta se va desarrollando según distintos factores, como las relaciones de los niños con sus padres, las prácticas culturales a las que están expuestos y las experiencias personales.  
Algunos consejos para practicar y promover la empatía desde casa son los siguientes:
• Da el ejemplo y trabaja tu propia empatía. Los niños no podrán desarrollar empatía si no han vivido en un ambiente acogedor y receptivo. Si en casa no se sientan las bases de relaciones empáticas, será difícil que las incorporen en sus interacciones. Los menores imitan las actitudes de sus padres y de las personas más significativas de su entorno. Por ello, es importante que sientan que les prestan atención, que toman en cuenta sus opiniones y que se muestran empáticos con ellos, de manera que ellos puedan replicarlo con sus pares.  
• Expresa tus ideas y emociones. Es fundamental que los padres modelen cómo expresar de forma clara y sencilla sus pensamientos, sentimientos y emociones en la interacción cotidiana con sus hijos. De este modo, los niños se sentirán más cómodos con las distintas emociones que puedan experimentar y las sabrán expresar pertinentemente.  
• Practica la escucha activa. Es recomendable mostrar una actitud atenta y de escucha significativa cuando ellos cuentan sus experiencias, o cuando expresan sus sentimientos o inquietudes. Es necesario escucharlos con todos los sentidos: ponerse a su altura, mirarlos, atender las manifestaciones no verbales, asentir con la cabeza, reflexionar sobre lo que dicen, parafrasear sus ideas y sentimientos, darles feedback, etc. No solo demostrarás que te interesan, sino que serás un ejemplo de oyente involucrado.
• Presta atención a sus sentimientos y ayúdalo a reconocerlos. Es importante que, en las distintas situaciones que experimenten, los ayudes a identificar qué es lo que están sintiendo y les brindes las herramientas necesarias para que puedan expresarlo en palabras. Para poder reconocer las emociones de los demás, es necesario primero conocerse y trabajar en uno mismo. Si desde pequeños se les acostumbra a expresarse, aprenderán a decir lo que piensan, siempre buscando el momento oportuno, pues saber callar también puede resultar empático.
• No juzgues y muestra una actitud de apertura. No critiques ni evalúes las situaciones que se presentan sin antes intentar ser objetivo y dejar de lado tus propias creencias o prejuicios. La actitud que, como padre, les demuestres a tus hijos es la que ellos tomarán como la “manera correcta de comportarse”, como ejemplo. Por eso, cuida tus comentarios y la forma como te relacionas con las demás personas, sobre todo cuando se presenta algún conflicto. En esta línea, es fundamental mostrar comprensión hacia los demás y usar frases como “entiendo lo que me dices”, “imagino cómo debes haberte sentido”, “yo también me sentí así cuando…”, entre otras.  
• Debate en casa sobre diferentes situaciones. Plantea en casa diálogos que promuevan distintos puntos de vista frente a una misma situación y aprovecha esa oportunidad para enseñar a escuchar, a respetar ideas y posturas diferentes (aunque no siempre estés de acuerdo), a no interrumpir y a respetar los turnos.  
• Practica juegos sociales. Los juegos en grupo son fundamentales para aprender a relacionarse con los demás. Estos permiten desarrollar la capacidad de espera, la aceptación e incorporación de reglas, y el aprender que a veces es importante ceder sin “picarse”. En general, estos juegos enseñan a integrar a los demás, a respetarlos y a trabajar en equipo.
• Utiliza cuentos, videos y fábulas sobre situaciones que impliquen empatía. Compartan espacios para leer algún cuento o historia en la que se haga evidente el valor de la empatía. Luego, explica con tus palabras los hechos, analiza con ellos las emociones que han experimentado los personajes y reflexionen sobre la manera de expresarlas. También, pueden conversar sobre cómo creen que se sintieron los personajes de la historia y por qué. Este tipo de actividades puede ser una oportunidad para ponerse en el lugar de algún personaje y preguntarse qué harían ellos en esa situación. En ese sentido, la lectura es fundamental para desarrollar empatía. 
• Refuerza las conductas solidarias y empáticas. No permitas el acoso o bullying, ni cualquier otra forma de maltrato. Reconoce, verbaliza y felicita las conductas o actitudes que realicen tus hijos en las que se evidencie empatía, solidaridad, comprensión y compasión por alguna persona o situación. 

Referencias: 

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