Beneficios de las actividades al aire libre y del contacto con la naturaleza

En la ciudad, donde el ritmo de vida es acelerado y las áreas verdes, a veces escasas, es cada vez más difícil encontrar el tiempo para llevar a los niños a lugares abiertos en donde puedan estar en contacto con la naturaleza y jugar libremente. Esto trae como consecuencia que los pequeños se queden en casa, en espacios cerrados, con pocas posibilidades de movimiento y que estén buscando entretenimiento en la televisión, los video juegos, la computadora o en otras actividades sedentarias.

Beneficios de las actividades al aire libre y del contacto con la naturaleza


En la ciudad, donde el ritmo de vida es acelerado y las áreas verdes, a veces escasas, es cada vez más difícil encontrar el tiempo para llevar a los niños a lugares abiertos en donde puedan estar en contacto con la naturaleza y jugar libremente. Esto trae como consecuencia que los pequeños se queden en casa, en espacios cerrados, con pocas posibilidades de movimiento y que estén buscando entretenimiento en la televisión, los video juegos, la computadora o en otras actividades sedentarias.

Escrito por: Lic. Albina Pipoli (Educadora) y Lic. Elaine Wolfenzon (Psicología Educacional) | 19-12-2019

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En la ciudad, donde el ritmo de vida es acelerado y las áreas verdes, a veces escasas, es cada vez más difícil encontrar el tiempo para llevar a los niños a lugares abiertos en donde puedan estar en contacto con la naturaleza y jugar libremente. Esto trae como consecuencia que los pequeños se queden en casa, en espacios cerrados, con pocas posibilidades de movimiento y que estén buscando entretenimiento en la televisión, los video juegos, la computadora o en otras actividades sedentarias.

El poder jugar libremente con otros niños y el contar con experiencias en espacios abiertos y naturales aporta, no solamente al sano entretenimiento y a la distracción de los pequeños, sino que también y, principalmente, contribuye a su salud, a su desarrollo cognitivo y a su bienestar emocional.

Existen numerosos estudios en los que se ha demostrado que el contacto con la naturaleza: la tierra, las plantas, la brisa del mar, los rayos solares, el campo, las montañas, los ríos, etc., proporciona diferentes beneficios para las personas en general. Así, promover que los niños jueguen al aire libre es positivo para desarrollar su aprendizaje, sus niveles de concentración, sus habilidades sociales y emocionales, entre otras. Algunos de los aportes del contacto con la naturaleza son los siguientes: 

  • Estimula la curiosidad. Los ambientes naturales están repletos de objetos desconocidos que los pequeños pueden investigar y explorar con todos sus sentidos para satisfacer su inagotable curiosidad. Como sabemos, los niños tienen el interés innato por descubrir el mundo que les rodea y por encontrar una explicación para cada cosa que ven. En esta línea, los espacios abiertos son una caja de sorpresas.
  • Promueve la creatividad y la imaginación. La variedad de estímulos que ofrece la naturaleza le brinda al niño la oportunidad de moverse libremente, experimentar y dar rienda suelta a su creatividad e imaginación. Los niños expuestos a ambientes naturales son más propensos a imaginar que están formando parte de una historia o una aventura, inventan juegos con los elementos que encuentran, buscan la manera de resolver incógnitas o problemas, convierten un matorral en un escondite, un árbol en una casa, un tronco en un barco o dibujan figuras en la arena, entre otras actividades. En suma, jugar al aire libre ayuda a los pequeños a pensar de manera creativa y les permite desarrollar interés por su entorno.
  • Fomenta el movimiento libre y el ejercicio. Los pequeños disfrutan de trepar, correr, saltar y en general de las actividades que impliquen utilizar sus destrezas motoras. Así, un parque, la playa, el campo, el mar, el río, etc. significan para ellos una excelente oportunidad para probar su cuerpo, su equilibrio, sus movimientos y desplegar su energía. Los espacios naturales fomentan la práctica de ejercicio, permiten a los niños probar su agilidad, practicar diferentes movimientos y ganar coordinación, así como mejorar su salud y la condición física de los distintos órganos del cuerpo (corazón, pulmones, músculos, articulaciones, etc.).
  • Estimula el desarrollo cognitivo. Según H. Gardner (1995) el contacto con la naturaleza ayuda a desarrollar uno de los ocho tipos de inteligencias, la naturalista. Esta última está vinculada con la capacidad de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento del entorno. En este sentido, los niños que se interrelacionan con ambientes naturales adquieren habilidades importantes como agudeza visual, capacidad de clasificación, reconocimiento de diversas especies de animales o plantas y la posibilidad de familiarizarse con ellas. Así, el tener la oportunidad de estar en espacios verdes y en el campo les permite también reconocer diferentes climas, terrenos y recursos naturales.   
  • Motiva el aprendizaje e incrementa la capacidad de concentración. Cuando un niño utiliza todos sus sentidos para explorar y experimentar aprende con mayor facilidad, ya que se fomentan las conexiones neuronales y, por lo mismo, la información adquirida se fija en la memoria con mayor facilidad. En los espacios verdes y naturales los estímulos son más pausados y el cerebro se permite momentos de desconexión y descanso, esenciales para focalizar la atención, a diferencia de lo que sucede en ambientes donde los estímulos son invasivos y permanentes, como TV, celular, anuncios, ruidos de los autos, etc.
  • Desarrolla la autonomía y eleva la autoestima. Los diferentes entornos naturales ofrecen a los niños diversas situaciones, terrenos y contextos que los retan a pensar, evaluar alternativas, plantear y probar soluciones por ellos mismos. En este contexto, las reglas y normas suelen ser más permisivas (sin descuidar aquellas que hacen referencia a su seguridad personal) brindándoles la oportunidad de sentirse más libres e independientes para desplazarse y explorar su cuerpo, lo que los ayuda a ganar mayor seguridad.
  • Reduce el estrés y libera tensiones. La naturaleza proporciona a grandes y chicos la oportunidad para desconectarse de las rutinas y exigencias diarias. Además, les permite estar en calma, les brinda serenidad y los ayuda a encontrarse consigo mismos. Hay estudios que hablan del contacto sensorial con elementos naturales como estimulantes del bienestar (por ejemplo, el contacto con el agua, caminar en el césped o en la arena sin zapatos, escuchar el cantar de los pájaros, el resonar de las olas, entre otros). También, se ha comprobado que pasar tiempo al aire libre, contribuye a estimular la liberación de endorfinas[1] y a fortalecer el sistema inmunológico. De igual modo, estar expuestos al sol, por un tiempo moderado (siempre con protección solar) es importante porque ayuda a que el cuerpo produzca vitamina D, elemento necesario para la absorción del calcio en los huesos. 
  • Desarrolla la conciencia ecológica.  Los niños que juegan al aire libre son más sensibles al medio ambiente y aprenden a valorar los recursos naturales con más facilidad. Así, serán más empáticos al momento de reciclar, cuidar de los animales y las plantas, reducir el consumo de agua, y en general, proteger los recursos naturales.

Nuestro rol como padres es fundamental, ya que seremos el ejemplo que nuestros hijos imitarán. Si queremos que desarrollen buenos hábitos, que valoren la naturaleza y cuiden su salud, es importante que como familia nos tomemos el tiempo para buscar espacios y actividades al aire libre en diversos entornos naturales como, por ejemplo, realizar paseos a la playa, montar bicicleta, salir a hacer deporte en los parques cercanos, organizar caminatas, hacer un picnic, visitar una zona campestre en la que puedan encontrar ríos, lagunas, montañas, etc. También podemos realizar actividades como cuidar del jardín (interior o exterior), regar las plantas de las macetas, hacer un biohuerto, cuidar de las mascotas y otros animales domésticos, participar en campañas de reciclaje y en actividades vinculadas al cuidado del medio ambiente entre otras muchas actividades.

 

 

Referencias

 


[1]Sustancia química producida de forma natural en el cerebro, que bloquea la sensación de dolor y está relacionada   con las respuestas emocionales placenteras. RAE https://dle.rae.es/?id=FEBAWem

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