Elogio y Aplauso vs. Aliento: ¿Cómo motivar a tus hijos de forma efectiva?

Como padres, todos queremos lo mejor para nuestros hijos y tratamos de motivarlos para que alcancen su potencial. Sin embargo ¿sabías que la forma con que motivamos a nuestros niños puede tener un impacto significativo en su desarrollo emocional y autoestima? En este artículo, reflexionamos sobre dos formas comunes de motivación: el elogio y aplauso, y el aliento. Aunque ambos se utilizan frecuentemente de manera intercambiable, tienen efectos diferentes sobre el niño. Comprender estas diferencias te permitirá fomentar una motivación más sana y duradera en tus hijos.

Elogio y Aplauso vs. Aliento: ¿Cómo motivar a tus hijos de forma efectiva?


Como padres, todos queremos lo mejor para nuestros hijos y tratamos de motivarlos para que alcancen su potencial. Sin embargo ¿sabías que la forma con que motivamos a nuestros niños puede tener un impacto significativo en su desarrollo emocional y autoestima? En este artículo, reflexionamos sobre dos formas comunes de motivación: el elogio y aplauso, y el aliento. Aunque ambos se utilizan frecuentemente de manera intercambiable, tienen efectos diferentes sobre el niño. Comprender estas diferencias te permitirá fomentar una motivación más sana y duradera en tus hijos.

23-12-2024

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Elogio y Aplauso vs. Aliento: ¿Cómo motivar a tus hijos de forma efectiva?

Como padres, todos queremos lo mejor para nuestros hijos y tratamos de motivarlos para que alcancen su potencial. Sin embargo ¿sabías que la forma con que motivamos a nuestros niños puede tener un impacto significativo en su desarrollo emocional y autoestima? En este artículo, reflexionamos sobre dos formas comunes de motivación: el elogio y aplauso, y el aliento. Aunque ambos se utilizan frecuentemente de manera intercambiable, tienen efectos diferentes sobre el niño. Comprender estas diferencias te permitirá fomentar una motivación más sana y duradera en tus hijos.

¿Qué son el elogio y el aplauso?

El elogio y el aplauso son una expresión de aprobación, que generalmente reconoce una acción o resultado sin explicar por qué es valiosa. Por ejemplo, decir: "¡Qué increíble!", "¡Eres genial!" o “¡Muy bien!” son frases comunes que muchos padres utilizan cuando sus hijos logran algo. Aunque estos mensajes suenan positivos y pueden hacer que el niño se sienta bien momentáneamente, no ofrecen información valiosa sobre cómo lo logró, lo que hizo, ni cómo podría repetir o mejorar su comportamiento en el futuro.

Por el contrario de su propósito, el elogio fácil incrementa la dependencia de los niños hacia nuestras evaluaciones y decisiones, en lugar de fomentar el aprendizaje a partir de sus propios juicios. Esto, a largo plazo, los lleva a medir su valor y autoestima en función de lo que nos haga sonreír o de la aprobación que reciban de otros.

¿Qué es el aliento?

El aliento, por otro lado, es una forma más reflexiva y constructiva de motivar a los niños. A diferencia del elogio, el aliento se centra en el proceso, en cómo el niño trabajó para lograr algo, y en las cualidades que demostró durante esa tarea. Por ejemplo, en lugar de decir "¡Eres muy bueno!", podrías decir: "Lograste incluir a tus amigos en el juego. Eso muestra que puedes trabajar en equipo".

El aliento ayuda a que el niño valore no solo el resultado final, sino también su esfuerzo, las estrategias utilizadas y las cualidades internas que lo llevaron a ese resultado. Además, al enfocarse en el proceso, el aliento favorece una motivación interna más sólida, ayudando a los niños a desarrollar autoconfianza y un sentido más profundo de autoconcepto. Esto les permite sentirse valorados no solo por lo que hacen, sino por quiénes son y por cómo se esfuerzan.

La diferencia clave

La diferencia clave entre el aplauso y elogio y el aliento radica en la intención y el impacto que tienen en el niño. El aplauso y el elogio se enfocan principalmente en un resultado externo, mientras que el aliento destaca el proceso, las habilidades y el esfuerzo del niño. Los primeros pueden llevar a los niños a depender de la aprobación externa, por el contrario, el aliento promueve la motivación interna, que tiene efectos mucho más positivos a mediano y largo plazo. Al principio, cuando un niño recibe elogios por su comportamiento o logros, experimenta una gratificación que lo motiva a repetir ese comportamiento. Sin embargo, si los elogios se vuelven frecuentes y exagerados, el niño puede volverse menos receptivo a ellos. Esto ocurre porque el niño se acostumbra a los elogios y empieza a necesitarlos más para sentir la misma satisfacción o motivación.

Antes de alentar, intenta reflexionar haciéndote estas preguntas: ¿Estoy siendo respetuoso, o protector? ¿Estoy considerando el punto de vista de mi hijo, o solo el mío? ¿Estoy fomentando la autoevaluación de mi hijo o solo su dependencia de la validación externa? Pregúntate también si le harías ese comentario a un amigo. Este tipo de reflexiones te ayudarán a usar el aliento de manera más efectiva.

¿Cómo alentar a tus hijos de forma efectiva?

Alentar a tus hijos no se trata solo de decirles palabras bonitas. Se trata de reforzar su confianza, valorar su esfuerzo y guiarlos para que aprendan de sus experiencias. Aquí te compartimos algunas recomendaciones para fomentar el uso del aliento:

  1. Enfócate en el proceso, no solo en el resultado
    En lugar de solo felicitar a tu hijo por haber hecho bien una tarea, celebra el esfuerzo que implicó. Ejemplo: "Sé que trabajaste mucho para completar ese dibujo, ¡veo tu dedicación!" o “Te esforzaste lo más que podías”.
  2. Hazlo específico y describe lo que hizo
    Los elogios generales son menos efectivos que una frase específica. Al enfocarte en detalles, ayudas al niño a entender qué hizo bien. Por ejemplo: "Veo que tomaste tu tiempo para organizar tus juguetes. Eso muestra mucha responsabilidad."
  3. Valora el esfuerzo, no solo el éxito
    Los niños necesitan entender que su valor no depende solo de ganar o ser el mejor, sino de su dedicación y esfuerzo. Reconocer los pequeños logros y avances les ayuda a construir una mentalidad de crecimiento, donde las habilidades se desarrollan a través del esfuerzo y la práctica. Usa frases como: "Sé que al principio fue difícil, pero lo lograste porque seguiste intentándolo" o "Cada vez que practicas, mejoras más. ¡Sigue así!".
  4. Fomenta la evaluación propia y el aprendizaje de los errores
    Ayuda a tu hijo a entender que equivocarse es parte importante del proceso de aprendizaje. En lugar de enfocarte en lo que salió mal, anímalo a ver en qué puede mejorar la próxima vez. Por ejemplo: "Veo que cometiste un error, pero aprendiste algo importante. ¿Qué crees que podrías hacer diferente la próxima vez?"
  5. Crea un ambiente positivo
    El aliento también proviene de tu actitud como padre. Sé paciente, muestra tu apoyo constantemente y celebra tanto los grandes como los pequeños logros de tu hijo. En lugar de: "Esto está bien, pero lo podrías haber hecho mejor”, podrías decir: "Estoy muy orgulloso de ti por intentarlo, ¡has hecho un gran trabajo! ¿Cómo te sientes con lo que hiciste?"

De esta forma, los niños sienten que tienen el respaldo de sus padres para seguir intentándolo, lo cual refuerza su autoestima y su disposición a aprender.

  1. Promueve la autonomía
    Permite que los niños tomen decisiones sobre sus actividades y metas. Esto no solo los hace sentir más competentes, sino que también les ayuda a desarrollar autonomía. Por ejemplo: "Veo que resolviste este problema por ti mismo, ahora sabes cómo hacerlo la próxima vez" o “¿Cómo te parece que lo hiciste, te gustó a ti?”.

Evita comportamientos contraproducentes

Es importante también evitar algunas actitudes que pueden afectar negativamente la motivación interna de tu hijo como:

  • Expectativas poco realistas o demasiado altas.
  • Promover constantemente la competencia entre hermanos.
  • Enfocarse demasiado en los errores.
  • Ambición desmesurada o presión.
  • Comparaciones con otros niños.

En su lugar, crea un ambiente en que tu hijo se sienta aceptado y apoyado. Fomenta la humildad y ayúdalo a aprender de sus errores, celebrando sus esfuerzos y logros en el camino.

El elogio y el aliento son herramientas poderosas, pero deben utilizarse con cautela para evitar que los niños se vuelvan dependientes de la aprobación externa. La clave está en valorar el esfuerzo, la perseverancia y el aprendizaje a través de los desafíos, evitando los elogios vacíos o globales que fomentan la dependencia de la validación externa. Es cierto que en ocasiones nuestras evaluaciones son necesarias, especialmente con niños en edad preescolar. Sin embargo, una constante corriente de juicios de valor no favorece su desarrollo.

Al seguir estos principios, los padres pueden ayudar a los niños a cultivar una mentalidad de crecimiento, promoviendo un autoconcepto saludable y una motivación interna que les permita enfrentar los retos con confianza y resiliencia.

 

Referencias

·         Nelsen, J. (2006). Disciplina positiva. Ediciones Urano.

·         Nelsen, J. (2012). La crianza positiva. Editorial Aguilar.

·         Nelsen, J. (2014). Disciplina positiva para preescolares: Educar niños responsables, respetuosos y capaces. Ediciones Omega.

·         Kohn, A. (2001). Cinco razones para dejar de decir "¡Muy bien!". https://www.alfiekohn.org/parenting/muybien.htm

·         Siegel, D. J., & Bryson, T. P. (2014). Disciplina sin lágrimas. Editorial Urano.

·         Disciplina Positiva España (2023). Alentar vs. Elogiar: La Clave para Fomentar la Autoestima en niños y niñas.

https://disciplinapositivaespana.com/alentar-vs-elogiar-la-clave-para-fomentar-la-autoestima-en-ninos-y-ninas/

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